¡Hola
a todos!
Para
comenzar este blog he considerado que la mejor manera de hacerlo es contando mi
experiencia como alumna-tutorada primero, y como alumna-tutora después.
Hace
tres años que comencé mi aventura universitaria, recuerdo que estaba muy
nerviosa y con miedo por el hecho de empezar una nueva etapa alejada de mis
padres y mis amigos. Esto se sumaba al hecho de que no conocía a nadie que
fuera a la misma carrera que yo ni sabía cómo funcionada bien el sistema
universitario.
Al
empezar el curso me propusieron formar parte de un proyecto de alumnos-tutores,
el cual me daba la oportunidad de contar con el apoyo de un alumno asistente a
uno de los tres cursos superiores al mío. Reconozco que tuve mucha suerte,
porque la alumna-tutora que me apoyó durante ese primer año supo ayudarme en
muchos aspectos relacionados con mi vida universitaria, haciéndome más amena la
adaptación a mi nueva vida. De hecho, a día de hoy aún sigo manteniendo
contacto con ella a pesar de que no está en Salamanca desde hace dos años.
A
causa de mi grata experiencia, en el segundo y tercer curso decidí convertirme
en alumna-tutora, con el fin de ayudar a chicas y chicos que se encontraran en
la misma situación en la que me encontraba yo en ese primer año. Esta
oportunidad fue más gratificante aún si cabe, puesto que el hecho de poder
ayudar a alumnos novatos en su incorporación y adaptación a la universidad me
produjo una gran satisfacción personal.
En
definitiva, el proyecto tutoría entre
compañeros es una gran oportunidad, no solo a nivel académico, sino también
a nivel personal puesto que, a mi modo de ver, considero que el hecho de poder
ayudar a personas que lo necesitan, desde una perspectiva más cercana (ya que
se trata de una relación entre alumnos).
Desde
mi experiencia os animo a todos a que aprovechéis esta oportunidad y disfrutéis
de las oportunidades que os ofrece un proyecto como este.
Miriam González (Alumna Tutora Internacional)