A lo largo de esta segunda parte del curso, realizaremos pequeñas entrevistas a todos los participantes del proyecto, con el fin de conocerlo de una forma más profunda. De este modo, semanalmente, intentaremos mostraros las experiencias y opiniones que, profesores, alumnos-tutores y alumnos-tutorados, tienen sobre el propio proyecto.
Hoy, para dar comienzo a esta actividad, entrevistamos a Eva García Redondo, coordinadora del Proyecto Tutoria entre Compañeros, vertiente internacional, desde hace tres años, y participando en el mismo desde su nacimiento.
P. ¿Desde
cuándo formas parte del Proyecto? ¿Cuáles fueron las principales motivaciones
que te llevaron a participar en él?
R. Hace 5 años que participo en la
vertiente internacional de este proyecto, justamente desde que nació. Desde hace
3, coordino a un equipo que, en la actualidad, está conformado por 4
profesores.
Cuando se me propuso formar parte de
la creación de esta vertiente internacional del Proyecto, tuve claro que era
una oportunidad ideal para poder ofrecer a las alumnas internacionales el apoyo
del que yo había carecido, años antes, cuando había estado realizando algunas
estancias académicas en el extranjero. Tener una mano que te ayude en un país
que no es el tuyo es siempre un soporte imprescindible para que tu experiencia,
no solo social, sino también académica, sea provechosa. Así, durante dos
cursos, actué como profesora tutora y trabajé con alumnas de distintas
nacionalidades, tanto europeas como asiáticas. Además, tuve la oportunidad de
trabajar con Rosine, Carmen, Claudia, Vanesa, Laura, Ana, María del Pilar,
Anabel… a quienes, desde aquí, les hago un reconocimiento a su labor como tutoras
en los inicios. Sin duda, fueron ellas las que dieron sentido a este Proyecto, pero
también sus continuadoras y actuales tutoras, Andrea, Irmaber, Miriam,
Almudena, Cristina, Irene, Sara, Leticia y María, que perpetúan ese espíritu
bondadoso y gentil. Recuerdo especial y cariñoso para Silvana, quien incluso
después de concluir su experiencia como tutora, ha seguido colaborando con el
Proyecto. La sonrisa al recordar a estas personas y a otras muchas que han
pasado por el proyecto, es la motivación principal.
P. Tras
el amplio recorrido del proyecto, no solo en nuestra facultad, sino también
fuera de ella ¿crees que este tiene sentido? A los profesores, ¿os compensa dedicar
gran parte de vuestro tiempo académico a una iniciativa de este tipo?
R. Nunca me embarco en algo que no crea.
En el mundo universitario, donde hay tantos intereses personales y las
relaciones laborales que se establecen, en muchos casos, tienen solo la
finalidad de obtener beneficios, son necesarias más iniciativas altruistas de
este tipo. Como te comentaba anteriormente, la tutoría entre iguales tiene un
amplio sentido en la Universidad ya que se trata de un espacio al que un alto
porcentaje de alumnos accede sin las competencias necesarias. Distribuir o
gestionar el tiempo, solo como ejemplo de ellas, es una capacidad no innata y
muchas veces tampoco adquirida en la escolarización previa. Desde el Proyecto,
estas y otras competencias son trabajadas con vistas a mejorar los logros
personales, académicos y profesionales de nuestros alumnos. En la tutoría
internacional se trabajan estas competencias, pero, especialmente, aquellas que
tienen que ver con los aspectos culturales, sociales y lingüísticos. Ver como
las alumnas internacionales acuden, al inicio de su estancia en la Facultad,
asustadas, sin seguridad, con poco dominio del idioma y comprobar cómo, tras
unos meses, son capaces de exponer un trabajo frente a un grupo o convertirse
en elemento imprescindible de su clase, compensa todas las horas y horas que
invertimos los profesores.
No está pagado, pero sí fuertemente
recompensado.
P. En
líneas generales, ¿estás satisfecha con el proyecto? ¿Qué cambios realizarías
con el fin de mejorarlo?
R. Me siento muy contenta con mi
participación en el Proyecto y con mi equipo de trabajo, pese a que creo que es
preciso mantener una actitud crítica que nos ayude a mejorar y avanzar. Esa es
la clave de un Proyecto que está a punto de cumplir 10 años.
En lo que respecta a Internacional,
vertiente que coordino en la Facultad de Educación, creo que aún hay muchas
cosas por hacer. Probablemente el disponer de los contactos de los estudiantes
extranjeros con mayor antelación a su llegada a Salamanca, ayudaría a mejorar
el devenir del Proyecto, al igual que mejorar/ampliar la formación inicial de
las alumnas tutoras. En ambas cuestiones estamos avanzando y son, sin duda, dos
de mis grandes retos desde que asumí la coordinación. Igualmente, adaptar los
instrumentos de seguimiento de las relaciones tutoriales y mejorar los flujos
de comunicación con las alumnas extranjeras son el caballo de batalla en el que
llevamos varios años enfrascados.
Los pasos son cortos pero firmes.
P. ¿Cuáles
crees que son los puntos fuertes del proyecto? ¿Qué argumento utilizarías con
todos aquellos alumnos que vienen desde el extranjero por primera vez a nuestra
universidad para que participaran en el proyecto?
R. Sin duda, los puntos fuertes son la
filosofía del proyecto, el carácter altruista de todos sus miembros, la
independencia de trabajo que nos permite el Coordinador General a los coordinadores
y las personas que forman parte del mismo (tutores, tutorados y profesores
tutores).
A los alumnos internacionales les
diría que aprovechen la oportunidad única que se les brinda desde la Facultad
de Educación de la USAL. El paso por el proyecto solo suma y, en ningún caso,
resta, por tanto, no hay nada que perder, y sí mucho que ganar.